Rosquilla es un nombre genérico para denominar varias especies de lepidópteros cuyas larvas (orugas) devoran las hojas de múltiples cultivos. Las especies más conocidas son la rosquilla negra y la rosquilla verde. Ambas especies alcanzan los 3-4 cm en su estado larval más desarrollado. Las primeras son de color gris pardo y tienen 4 pares de falsas patas, mientras que las segundas son de color verde con rallas claras y tienen 5 pares de falsas patas.
Las rosquillas son muy polífagas en su estado de oruga, son extraordinariamente voraces y atacan a todas las partes verdes de las plantas de cualquier tipo. Los daños los hacen sobre todo por la noche, permaneciendo ocultas durante el día sobre la superficie del terreno. Cuando son pequeñas solo comen la epidermis del envés de las hojas, pero al crecer, sus mandíbulas les permiten alimentarse de la totalidad de las hojas. La mayor parte de los daños pues los generan las orugas más desarrolladas. Si se alimentan de la yema apical de crecimiento, las plantas no se desarrollan. Los síntomas son claramente visibles: hojas devoradas de forma irregular y presencia de excrementos en la propia planta, especialmente evidentes cuando las orugas están más desarrolladas. Las mariposas adultas no atacan a las plantas.